sábado, 27 de junio de 2015

CRIMEN DE ANTILLANCA: “La policía tiene la marca del genocidio”, denunció Nora Cortiñas

Por Iván Marín, militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS)

Con la presencia de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea fundadora, se desarrolló ayer la última audiencia con testimonios de testigos en el segundo juicio por el crimen de Julián Antillanca. Sobre el final declararon cuatro de los cincos policías acusados por su asesinato.

 
Nora Cortiñas entre el público que presencia el juicio
 
A las nueve y media de la mañana comenzó el debate con el testimonio de Juan Manuel Muñoz, quien se desempeñaba como seguridad del Shopping la noche del 5 de septiembre de 2010. Muñoz, entre otras cosas, estaba a cargo de los monitores que controlaban las cámaras exteriores e interiores que posee el complejo comercial. Dijo haber visto corridas alrededor de las tres de la mañana y que las mismas fueron filmadas por las cámaras. Luego se utilizarían esas pruebas para condenar a los policías involucrados por apremios ilegales en lo que se conoció como “Causa de los hermanos Aballay”. Consultado si realizó zoom con las cámaras sobre la rotonda 5 de Octubre en horario cercano a las seis de la mañana, respondió negativamente, y además dijo que en ese horario no se encontraba controlando los monitores. Durante su exposición señaló que se solía hacer zoom cuando las cámaras detectaban movimientos en cercanías del Shopping.

Luego declaró Lucas Soto, el joven que fue a bailar al boliche KU con Brenda y Daiana Monsalves. Su interrogatorio estuvo colmado de lagunas ya que, según él mismo reconoció, bebió mucho alcohol esa noche y cuando salió del boliche estaba totalmente ebrio, por lo que Daiana tuvo que llevarlo caminando hasta su casa. Luego de la declaración se proyectaron imágenes del video que tomó la golpiza recibida por los hermanos Aballay aquella noche. La Defensa se opuso a la exhibición de la filmación, pero el Tribunal no le dio lugar. También declaró María Osman, propietaria del boliche Místico sin aportar datos relevantes a la causa.

Como si fuera una definición por penales, la estrategia de la Defensa fue que los acusados que se encontrasen supuestamente más tranquilos o con mayores facilidades expositivas, declarasen primero. Laura Córdoba decidió no hablar. Todos ellos hicieron uso del derecho a no aceptar preguntas por parte del ministerio Público Fiscal ni de la Querella a cargo Mirta del Valle Moreno y Verónica Heredia, respectivamente. 

Martín Solís
Martín Solís abrió la ronda de testimonios de los acusados por homicidio calificado. Intentó mostrarse sereno durante la declaración, usando al respecto como táctica recurrir a anécdotas o detalles intrascendentes para la causa. Sin lugar a dudas, su declaración podría haberse realizado en menos de diez minutos. Cuando finalizó la misma, uno de sus abogados, Fabián Gabalachis, se retiró del debate, quedando Gustavo Castro como único representante de la Defensa.

Carlos Sandoval
El excomisario Carlos Sandoval, a cargo de la Comisaría Cuarta al momento del asesinato de Julián, se caracterizó por deslindarse de todo tipo de responsabilidad en las actuaciones de la causa. Recordemos que Sandoval, a diferencia del resto de los efectivos policiales, es acusado por encubrimiento agravado. Señaló que la condena social sobre el caso es fuerte. Luego le tocó el turno a Jorge Abraham, que se mostró más nervioso que sus precedentes y hablando entre dientes, por lo que se hacía difícil escucharlo. Al igual que Solís, dijo haberse ido de la zona en su auto a las seis de la mañana. A modo de queja y sobre el final, dijo que “hace cinco años que la vienen peleando”.


Jorge Abraham
Pablo Morales fue último en declarar. Comenzó más tranquilo que Sandoval y Abraham, e intentó desestimar las pruebas que se expusieron durante las distintas audiencias del juicio respecto del patrullero que él condujo esa madrugada. Finalizó el testimonio mirando a la cara a César Antillanca y diciéndole que “a mí y a mí familia me condenaron ya socialmente. Nosotros no fuimos. Hoy estamos acá porque queremos saber la verdad, que usted sepa la verdad. A nosotros hoy nos están condenando, a mis hijos que están en la escuela, con esa película (en referencia al documental Un Paisaje de Espanto). Nos nombran con nombre y apellido, nos dicen asesinos. Queremos saber la verdad. Nos están involucrando por una famosa mancha que aparece. En ese lugar había diez mil policías, mucha gente. Yo ayudé igual a llevar el cuerpo, cualquiera pudo haber contaminado. El móvil estaba a cinco metros de donde estaba Julián. O sea, yo quiero saber quién fue, y quiero saber la verdad, sino yo hoy sinceramente no estaría acá. Pero ojalá que sepa usted también la verdad como yo. Si necesita de mí ayuda, que lo ayudemos, pero con una mano en el corazón se lo digo señor. Es injustamente lo que nos están haciendo, ¡¡¡y usted lo sabe, y usted lo sabe!!! (sic). Pero bueno, espero que pueda  llegar a la verdad, como yo también, porque es injusto que hoy estemos sentado acá, señor”.  Es decir, y yendo al grano, acusó a César Antillanca, sin respaldarse en ningún argumento, de montar todo un entramado conspirativo contra los efectivos acusados. También reconoció que las muestras de ADN encontradas en su patrullero efectivamente son de Julián.

Pablo Morales
La incansable Nora Cortiñas se refirió a las razones de su presencia en la audiencia de ayer: “Vine solidarizarme con la familia Antillanca. Desde hace años que estamos las Madres de Línea Fundadora apoyando a esta familia para que se logre justicia”. Agregó que debemos luchar para “terminar de una vez por todas con esta violencia contra los jóvenes que hay en todas las provincias del país, y que se repiten porque hay mucha impunidad”. Consultada si ve continuidades entre las prácticas del aparato represivo del Estado que desapareció a treinta mil compañeros en la última dictadura militar y la actualidad, respondió que: “Sí. El amparo de la Justicia también. Entonces se vuelven a repetir estos hechos porque estos asesinos son rescatados por la Justicia para que sigan delinquiendo. La policía tiene la marca del genocidio”.

Como habíamos anticipado, el viernes 3 de julio se realizarán los alegatos. Se hace imprescindible la utilización de esta semana para realizar una gran convocatoria a la comunidad en general, organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, y figuras emblemáticas de la lucha por los derechos humanos, para llegar fortalecidos a esa fecha y demostrarle al Tribunal integrado por los jueces Darío Arguiano, Marcelo Nieto Di Biase y Adrián Barrios que no estamos dispuestos a que esta causa quede por segunda vez impune. A las ocho y treinta de la mañana, entonces, es la cita. Allí estaremos.

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