Diego Rodríguez Jacob, médico forense del Poder Judicial, circunscripción Trelew |
La jornada de ayer del juicio por el crimen de
Julián Antillanca en manos de la policía tuvo como protagonistas fundamentales
a dos médicos forenses. Ambos coincidieron en afirmar que la muerte de Julián
no fue producto del coma alcohólico, como se había mencionado a horas del
hallazgo de su cuerpo, aunque también hubo contradicciones entre los peritos.
La audiencia comenzó en una sala reducidísima,
sin lugar para el ingreso de familiares e incomodidad para el trabajo de la
prensa, donde fuimos los únicos presentes. La primera persona en prestar
testimonio fue Héctor Quisle, actual segundo jefe de la Unidad Regional de
Comodoro Rivadavia, quien estuvo a cargo de la Dirección de Investigaciones de
Trelew durante el año 2010. Quisle, mediante videoconferencia, reconoció que cuando
llegó al lugar donde encontraba el cuerpo, el mismo presentaba signos de haber
recibido golpes.
Luego le tocó el turno a Pedro Saracho, médico
de la policía de la Unidad Regional Trelew que revisó el cuerpo de Julián
Antillanca en la calle. Señaló que “el cuerpo se encontraba boca abajo” e indicó
como causa probable de muerte un traumatismo encéfalo-craneano.
Uno de los testimonios más importantes desde
que comenzó este segundo juicio lo prestó Diego Rodríguez Jacob, médico forense
del Poder Judicial, circunscripción Trelew. Jacob recordó que el 5 de septiembre a las
16:40 horas comienza la autopsia. Luego detallar en qué consistió la misma, concluyó
que “en base a lo observado este perito entiende que las lesiones descriptas en
la extremidad encefálica no son de magnitud tal que las coloque como causal de
muerte, orientándose la pericia a una posible falla cardíaca. Es decir, que se puede esgrimir como
posible diagnóstico presunstivo de muerte una causa clínica no violenta ni
traumática. De igual manera para rectificar o ratificar lo dicho resulta
necesario contar con los estudios anatómo-patológicos y bioquímicos
complementarios sobre las muestras obtenidas, estableciéndose jerárquicamente
la detección de alcohol, tóxicos, psicofármacos y drogas sobre los fluidos que
el perito bioquímico estime más viable y el estudio anátomo-patológico del
corazón para posteriormente continuar con las pericias sobre los órganos
restantes”.
Sobre el particular, la abogada querellante
Verónica Heredia, le pregunta si de lo expuesto concluyó que haya existido coma
alcohólico, a lo que el perito responde: “Eso fue algo que se dijo, pero los
comas alcohólicos la única la forma de establecerlos son mediante estudios
complementarios”.
Herminio González, forense de la circunscripción judicial de Puerto Madryn |
Finalizó el debate la esperada exposición de Herminio
González, forense de la circunscripción judicial de Puerto Madryn, quien fue
uno de los encargados de realizar la segunda autopsia sobre el cuerpo de Julián.
Durante aproximadamente una hora y media de puntillosa exposición, González difirió
con el anterior forense respecto de los
golpes recibidos y los efectos que los mismos provocaron sobre la humanidad de
Julián. Entre otras cosas, señaló que las patadas en la cabeza producen lesiones
en las vértebras cervicales, que en el caso de Julián fueron uno de los
factores para la pérdida de consciencia primero y de la vida después. Dijo que
su cuerpo fue sometido a múltiples golpes, que la gran mayoría de los mismos
eran vitales, es decir mientras aun se encontraba con vida, y que la muerte fue producida por lesiones
cerebrales. Completó describiendo que por lo menos cuatro horas antes de morir
dejó de tomar alcohol.
Se desprende de lo expuesto por González, -quien
a diferencia de lo que venía sucediendo hasta el momento en el juicio, demostró
buena predisposición para describir con sumo detalle las situaciones que lo
involucran-, importantes contradicciones respecto de la autopsia efectuada por
Jacob, la más notoria claramente es respecto de la causa de la muerte, en donde
se demostró que la misma fue producto de los golpes.
Consultada por las declaraciones de los
peritos, Heredia señaló que ambos testimonios demuestran “en primer lugar lo
que dijo César Antillanca al declarar que cuando él llegó ese 5 de septiembre
el comisario Sandoval le dijo que había fallecido por un coma alcohólico. La preventora
Silvana Evans también expresó que ella dejó de instruir la causa porque el
comisario le dijo que se había comprobado que la muerte había sido por un coma
alcohólico. Por lo menos hay dos personas que afirman que el comisario Sandoval
fue el que dijo esto”. Amplía, señalando que el perito González confirmó que la
muerte se debió "múltiples lesiones vitales, lo que produce la lesion cerebral
que deriva en el paro cardiorrespiratorio”.
El juicio continúa el próximo lunes 15 a las
ocho y treinta de la mañana con testimonios de médicos y amigos de Julián. La
presencia de la comunidad y organizaciones sociales y políticas de la zona para
seguir reforzando la solidaridad con la familia de Julián se hace
imprescindible para que su asesinato no quede impune. Allí estaremos.
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