El Tribunal que dictará sentencia, integrado por Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Nieto de Biase |
A las nueve y veinte de la mañana de ayer comenzó la decimoquinta
audiencia del segundo juicio por el asesinato de Julián Antillanca. Tres
testigos aportados por la Defensa prestaron declaración, aunque lo más
relevante de la jornada fue la confirmación de la fecha de los alegatos para el
viernes 3 de julio.
El empleado municipal Héctor Delgado fue el
encargado de abrir los testimonios de la jornada. Delgado se desempeñaba como
personal de seguridad contratado por el boliche Místico la noche que asesinaron
a Julián. En su declaración dijo, entre otras cosas, que alrededor de las seis
y seis y veinte de la madrugada observó una gresca entre jóvenes, donde seis o
siete personas corrían a un pibe de remera negra. Antes de que esto ocurriera, siempre según su testimonio,
vio que Martín Solís, Jorge Abraham y Laura Córdoba se retiraron alrededor de
las seis de la mañana, luego de terminar con la prestación del servicio de
seguridad por el que fueron contratados. El primero se fue en un Fiat Uno,
mientras que los otros dos se retiraron en un Gol amarillo, propiedad de
Abraham. Desde ya, se infiere que la estrategia de le defensa es dar a entender
que el pibe perseguido podría ser Julián y, además, que los acusados de su
asesinato se fueron temprano de la zona. Llamó la atención la confesión de
Sandoval respecto de que toda la Comisaría Cuarta tenía su número de celular.
Se desprende necesariamente de ello que los unía una relación cotidiana.
El siguiente testimonio estuvo a cargo de
Marcelo Chemín, quien pertenecía por aquel entones a la Brigada de
Investigaciones. Actualmente es subcomisario de la Comisaría Cuarta. Relató que
días posteriores al crimen lo llaman desde dicha comisaría para decirle que una
persona quería prestar declaración sobre la causa. Se trataría de un tal
Suárez, supuestamente pareja de Jorgelina Domínguez, testigo que viera cuando
policías arrojan el cuerpo de Julián. Chemín se tenía que encargar de llevar a
este tal Suárez al ministerio Público Fiscal para que preste testimonio, y en
el camino le habría dicho que Jorgelina mintió. Sin embargo, no quedó clara
esta situación, ya que la defensa no llamó a declarar a Suárez, por lo que la
declaración de Chemín no debería tener peso en el fallo del Tribunal.
El último en declarar fue Bruno Toledo, uno de
los amigos de Julián que compartió su última noche con vida en el boliche Ku.
Bruno fue citado por la Defensa, sin embargo no presentó importantes
contradicciones respecto de lo que ya había declarado el resto del grupo de
amigos en este juicio. Al respecto podés hacer click acá para leer la coberturaque hicimos de esa audiencia.
Al finalizar las declaraciones de los testigos
se reunieron los abogados de la Defensa, el ministerio Público Fiscal, la
Querella y el Tribunal para acordar cómo seguirán los últimos días del juicio. Coordinaron
continuar mañana con los últimos dos o tres testigos, además posiblemente
también tomen la palabra la madre y el padre de Julián y algunos de los
acusados. El viernes 3 de julio serían los alegatos, y a partir de ahí hay que
contar como máximo cinco días hábiles para la sentencia del Tribunal.
Nuevamente, la cita entonces es a las ocho y treinta de la mañana. Llamamos a
todas las organizaciones sociales y políticas, y a la comunidad en general a
seguir fortaleciendo la solidaridad con la familia de Julián para que su
asesinato no quede impune. Allí estaremos.
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