Con la presencia de
Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea fundadora, se desarrolló ayer la
última audiencia con testimonios de testigos en el segundo juicio por el crimen
de Julián Antillanca. Sobre el final declararon cuatro de los cincos policías
acusados por su asesinato.
Nora Cortiñas entre el público que presencia el juicio |
A las nueve y media de la mañana comenzó el
debate con el testimonio de Juan Manuel Muñoz, quien se desempeñaba como
seguridad del Shopping la noche del 5 de septiembre de 2010. Muñoz, entre otras
cosas, estaba a cargo de los monitores que controlaban las cámaras exteriores e
interiores que posee el complejo comercial. Dijo haber visto corridas alrededor
de las tres de la mañana y que las mismas fueron filmadas por las cámaras.
Luego se utilizarían esas pruebas para condenar a los policías involucrados por
apremios ilegales en lo que se conoció como “Causa de los hermanos Aballay”.
Consultado si realizó zoom con las cámaras sobre la rotonda 5 de Octubre en
horario cercano a las seis de la mañana, respondió negativamente, y además dijo
que en ese horario no se encontraba controlando los monitores. Durante su
exposición señaló que se solía hacer zoom cuando las cámaras detectaban
movimientos en cercanías del Shopping.
Luego declaró Lucas Soto, el joven que fue a
bailar al boliche KU con Brenda y Daiana Monsalves. Su interrogatorio estuvo colmado
de lagunas ya que, según él mismo reconoció, bebió mucho alcohol esa noche y
cuando salió del boliche estaba totalmente ebrio, por lo que Daiana tuvo que
llevarlo caminando hasta su casa. Luego de la declaración se proyectaron
imágenes del video que tomó la golpiza recibida por los hermanos Aballay
aquella noche. La Defensa se opuso a la exhibición de la filmación, pero el
Tribunal no le dio lugar. También declaró María Osman, propietaria del boliche
Místico sin aportar datos relevantes a la causa.
Como si fuera una definición por penales, la
estrategia de la Defensa fue que los acusados que se encontrasen supuestamente
más tranquilos o con mayores facilidades expositivas, declarasen primero. Laura
Córdoba decidió no hablar. Todos ellos hicieron uso del derecho a no aceptar
preguntas por parte del ministerio Público Fiscal ni de la Querella a cargo
Mirta del Valle Moreno y Verónica Heredia, respectivamente.
Martín Solís |
Martín Solís abrió la ronda
de testimonios de los acusados por homicidio calificado. Intentó mostrarse
sereno durante la declaración, usando al respecto como táctica recurrir a
anécdotas o detalles intrascendentes para la causa. Sin lugar a dudas, su
declaración podría haberse realizado en menos de diez minutos. Cuando finalizó
la misma, uno de sus abogados, Fabián Gabalachis, se retiró del debate,
quedando Gustavo Castro como único representante de la Defensa.
Carlos Sandoval |
Jorge Abraham |
Pablo Morales fue último en declarar. Comenzó
más tranquilo que Sandoval y Abraham, e intentó desestimar las pruebas que se
expusieron durante las distintas audiencias del juicio respecto del patrullero
que él condujo esa madrugada. Finalizó el testimonio mirando a la cara a César
Antillanca y diciéndole que “a mí y a mí familia me condenaron ya socialmente.
Nosotros no fuimos. Hoy estamos acá porque queremos saber la verdad, que usted
sepa la verdad. A nosotros hoy nos están condenando, a mis hijos que están en
la escuela, con esa película (en referencia al documental Un Paisaje de Espanto).
Nos nombran con nombre y apellido, nos dicen asesinos. Queremos saber la
verdad. Nos están involucrando por una famosa mancha que aparece. En ese lugar
había diez mil policías, mucha gente. Yo ayudé igual a llevar el cuerpo,
cualquiera pudo haber contaminado. El móvil estaba a cinco metros de donde
estaba Julián. O sea, yo quiero saber quién fue, y quiero saber la verdad, sino
yo hoy sinceramente no estaría acá. Pero ojalá que sepa usted también la verdad
como yo. Si necesita de mí ayuda, que lo ayudemos, pero con una mano en el
corazón se lo digo señor. Es injustamente lo que nos están haciendo, ¡¡¡y usted lo sabe, y usted lo sabe!!! (sic).
Pero bueno, espero que pueda llegar a la
verdad, como yo también, porque es injusto que hoy estemos sentado acá,
señor”. Es decir, y yendo al grano,
acusó a César Antillanca, sin respaldarse en ningún argumento, de montar todo
un entramado conspirativo contra los efectivos acusados. También reconoció que
las muestras de ADN encontradas en su patrullero efectivamente son de Julián.
Pablo Morales |
La incansable Nora Cortiñas se refirió a las
razones de su presencia en la audiencia de ayer: “Vine solidarizarme con la
familia Antillanca. Desde hace años que estamos las Madres de Línea Fundadora
apoyando a esta familia para que se logre justicia”. Agregó que debemos luchar
para “terminar de una vez por todas con esta violencia contra los jóvenes que
hay en todas las provincias del país, y que se repiten porque hay mucha
impunidad”. Consultada si ve continuidades entre las prácticas del aparato
represivo del Estado que desapareció a treinta mil compañeros en la última
dictadura militar y la actualidad, respondió que: “Sí. El amparo de la Justicia
también. Entonces se vuelven a repetir estos hechos porque estos asesinos son
rescatados por la Justicia para que sigan delinquiendo. La policía tiene la
marca del genocidio”.
Como habíamos anticipado, el viernes 3 de julio
se realizarán los alegatos. Se hace imprescindible la utilización de esta
semana para realizar una gran convocatoria a la comunidad en general,
organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, y figuras emblemáticas de la
lucha por los derechos humanos, para llegar fortalecidos a esa fecha y
demostrarle al Tribunal integrado por los jueces Darío Arguiano, Marcelo
Nieto Di Biase y Adrián Barrios que no estamos dispuestos a que esta causa
quede por segunda vez impune. A las ocho y treinta de la mañana, entonces, es
la cita. Allí estaremos.