miércoles, 10 de junio de 2015

Caso Antillanca: del encubrimiento a la victimización

Por Iván Marín
 
Gabriela Bidera

 
La cuarta audiencia del segundo juicio por el crimen de Julián Antillanca en manos de la policía volvió a caracterizarse por las interrupciones de la Defensa y extensos cuartos intermedio a los que nos tiene acostumbrado el Tribunal para resolver situaciones que se presentan en las mismas.
 
En el caso particular de la jornada de hoy, que comenzó con más de una hora de retraso tras haberse suspendido ayer por la ausencia de Gabriela Bidera, acusada de encubrimiento agravado, María Laura Martensen, su abogada defensora, solicitó la suspensión del juicio a prueba argumentando que su defendida dice encontrarse “desgastada, estresada, no tiene trabajo”, y demás situaciones de índole personal. La fiscal Mirta del Valle Moreno no dudó un instante en sumarse al pedido de Martensen. Esto derivó en que el Tribunal compuesto por los jueces Darío Arguiano, Marcelo Nieto Di Biase y Adrián Barrios dispusieran de un cuarto intermedio de aproximadamente tres horas, para volver a iniciar el debate a las tres de la tarde.
 
Sobre el particular la abogada de la familia de Julián, Verónica Heredia, señaló que si bien la “opinión de la querella no es vinculante, no coincidimos con el ministerio Público Fiscal que rápidamente aceptó esta petición”. Respaldó su posicionamiento afirmando que el delito por el cual se acusa a Bidera es agravado por involucrar a funcionarios públicos, en este caso policías. Por lo cual no cabría la solicitud de la defensa. Recordemos que Bidera es hija de un excomisario de Trelew.
 
La suspensión de juicio a prueba implica que dejaría de caer la acusación sobre la persona imputada luego de un tiempo estipulado por el Tribunal en el cual la persona involucrada debería realizar trabajo comunitario. En este caso la fiscal solicitó un período de dos años y sesenta horas de trabajo comunitario en la ciudad de Puerto Madryn. Transcurrido este plazo se caería la causa que pesa sobre Bidera.
 
Obviamente, esta situación despertó la indignación de la familia de Julián, aunque no generó sorpresa en su abogada. Heredia dijo que “en realidad el ministerio Público Fiscal trabaja permanentemente con la policía y tal como se estableció en la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo cierto es que los abusos policiales se dan con connivencia o desconocimiento de esta institución”. Agregó que “la fiscal directamente ni habla con nosotros, a tal punto que nos tendría que haber informado que iba a dar este consentimiento a una suspensión de juicio a prueba a una de las imputadas y no lo hizo. En realidad, nosotros estamos denunciando violencia institucional, y el ministerio Público Fiscal forma parte de esa institución que nosotros denunciamos. Es coherente que la fiscal no quiera hablar con nosotros”.
 
Finalmente el Tribunal dio lugar al pedido de la Defensa y la fiscal. Luego se inició el debate que duró aproximadamente dos horas y media. Allí prestaron testimonio cuatro de los ocho testigos estipulados para el día de la fecha, la gran mayoría de ellos policías. En este sentido Heredia advirtió que desde “el lunes primero de junio hasta hoy 9 han pasado solamente seis horas de audiencia, a pesar que el artículo 3 del código procesal habla de celeridad, concentración, simplificación. Todo esto no se cumple. Empezó el primero, fue casi una hora, pasó a receso por tres días, luego hubo dos horas nada más de debate, se pasó a ayer, estuvimos en concreto una hora o menos. Y hoy estuvimos tres horas”. Además denunció una previsible poca voluntad de los policías para declarar, en general recurriendo a falta de memoria sobre los hechos ocurridos.
 
Mañana miércoles a las ocho de la mañana continúa el juicio. La abogada querellante anticipó que “tendrían que venir los nueve testigos que no vinieron ayer, más los que tendrían que haber declarado hoy y otros nueve que tenía previsto para mañana”.

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